Siluetas de dos mujeres y lema Día Internacional de la mujer

Las mujeres invisibles del 8M. 10 retos para el futuro.


En el Día Internacional de la Mujer mostramos los retos de las mujeres invisibles, las que tienen discapacidad.

El Día Internacional de la Mujer

8 marzo. Día internacional de la mujer. Una fecha que se remonta a principios del siglo XX pero que fue institucionalizada por
las Naciones Unidas en 1975. Originariamente era Día Internacional de las mujeres trabajadoras pero esa última palabra acabó desapareciendo de la denominación final.

Con los años, las reivindicaciones fueron creciendo. También los derechos conseguidos. Y aunque sigue habiendo mucho por lo que luchar (especialmente en determinados países), el movimiento parece haber creado también ciertos recelos o controversias.

Desgraciadamente la lucha de la mujer se está convirtiendo en arma arrojadiza entre los diferentes partidos políticos o ideologías. Y hay que reconocer que lo ocurrido en el año 2020 no ha ayudado mucho a la causa.

Sea como sea, no nos meteremos en política ni juzgaremos los comportamientos de unos u otros respecto a la celebración y reivindicaciones del 8 de marzo.

Como mujeres luchamos cada dia, los 365, por una sociedad más igualitaria. Cada acción, cada paso, cada decisión, cada logro muestra nuestro compromiso con la igualdad de mujeres y hombres.

Porque hay que admitir que, a pesar de lo logrado, queda mucho por conquistar.

Pregúntale a cualquier mujer o niña y seguro que te podrá contar alguna situación en la que se ha visto en inferioridad o en cierto peligro. Eso no podemos negarlo.

Las mujeres con discapacidad: la doble discriminación

Pero si en esta ecuación del binomio mujer = hombre añadimos otro factor como la discapacidad, la realidad es bien distinta.

Las mujeres con discapacidad sufren una doble discriminación. Por género y por su discapacidad.

Y, por desgracia, muchas veces somos las grandes olvidadas en las reivindicaciones. No hay un hueco para las diferentes peculiaridades de cada una de nosotras.

Quizá ese sea el gran problema: la generalización.

Si seguimos en la lucha por visibilizar la discapacidad (esa gran desconocida para muchos y muchas), la invisibilidad se vuelve más evidente en otros ámbitos. Como ocurre con las reivindicaciones del 8 de marzo, los estudios sobre la situación de las mujeres, las políticas de igualdad, los derechos…

Somos las mujeres invisibles también por partida doble.

Por ese motivo, en este Día Internacional de la Mujer nos gustaría destacar varios datos reveladores sobre la situación de la mujer con discapacidad en esta sociedad.

Pequeñas pinceladas de los retos y obstáculos que tenemos que afrontar cada día.

Los retos de las mujeres con discapacidad

En los últimos años hemos ido recopilando información sobre la situación de la mujer con discapacidad (y especialmente con discapacidad visual). Y de todas esas noticias y estudios nos gustaría destacar los siguientes aspectos. Reivindicaciones y retos para esa doble igualdad:

1. Discriminación

Existen muchos tipos de discriminación y esta está presente en casi todos los ámbitos. A veces la discriminación es consciente (digamos, a mala leche o por falta de ganas) pero otras es inconsciente debido a falta de información o conocimiento de la situación. Ya sabemos que la discapacidad es, aunque nos sorprenda, una condición aún desconocida, lejana o tabú para gran parte de la población.

Si a eso sumamos la cuestión de género, como mujer, el binomio se vuelve en nuestra contra. Sumamos ambas condiciones y los muros para conseguir la igualdad se hacen más altos y más difíciles de superar.

Para evitar este tipo de discriminaciones y conocer la realidad de la mujer con discapacidad, COCEMFE ha publicado un Manual Básico sobre mujer y discapacidad muy interesante e instructivo.

2. Discapacidad invisible

La situación de la mujer se complica aún más cuando la discapacidad que tiene es invisible. Mujeres y niñas con baja visión, con discapacidades psico-sociales, auditivas…

Si ya no se entiende una discapacidad evidente ¿Qué crees que ocurre con una que apenas se aprecia desde fuera?

3. Fuera de políticas y estudios

Y como somos invisibles de una u otra manera, la variable de discapacidad apenas entra en los estudios, políticas o cualquier otra investigación relacionada con la situación de las mujeres.

La generalización del movimiento no tiene en cuenta la diversidad (al menos la relacionada con la discapacidad).

Y esto deriva en que no hay datos reales sobre la situación de la mujer con discapacidad y por lo tanto tampoco se pueden llevar a cabo acciones que ayuden a mejorar sus condiciones, a evitar la discriminación. La doble discriminación.

La poca información que va apareciendo en los últimos años proviene principalmente de asociaciones u organizaciones relacionadas estrechamente con el colectivo de personas con discapacidad. Sin embargo son necesarios estudios, políticas y acciones globales que ayuden a derribar las barreras.

4. Estudios y formación universitaria

Uno de esos pocos estudios (el IV sobre Universidad y Discapacidad) desveló en 2019 que las mujeres con discapacidad tienen muchas más dificultades para estudiar en la universidad que los hombres con su misma condición.

Este dato contrasta si vemos los datos generales de todos los alumnos universitarios donde ocurre lo contrario.

Si quieres saber más sobre esta noticia puedes consultar Las mujeres con discapacidad tienen más dificultades para estudiar en la universidad de Servimedia.

5. Ser madre, una odisea

Mucha gente no lo sabrá pero hasta finales de 2020 existía la esterilización forzosa para mujeres con ciertos tipos de discapacidad.

Y cuando no era forzosa, muchas mujeres con discapacidad que querían ser madres se encontraban con comentarios desalentadores e hirientes sobre su capacidad para poder cuidar de sus hijos.

Independientemente de tu condición, basta tener la etiqueta de «mujer con discapacidad» para que muchos piensen que es una locura que quieras tener descendencia. Da igual si no ves, si utilizas silla de ruedas, si no oyes… Afortunadamente los tiempos están cambiando pero demasiado lento.

En el artículo de efeminista.com, se explica muy bien la situación por la que pasan muchas mujeres: Tener discapacidad y ser madre, una lucha incansable.

6. La violencia de género

En la Macroencuesta de Violencia de Género presentada en 2020 se destaca que el 20,7% de las mujeres con discapacidad ha sufrido violencia física o sexual de alguna pareja frente al 13,8% de las mujeres sin discapacidad.

Es un dato que nos da bastante que pensar. Las mujeres con discapacidad aparecen ante el agresor como un blanco más vulnerable. Ya sea por la propia condición de la mujer o por la perspectiva que quien agrede tiene de la víctima. No es necesario recordar las connotaciones negativas que mucha gente extrae de la palabra discapacidad.

Sea de una manera u otra, es necesario que se implementen medidas para evitar este tipo de violencia teniendo en cuenta las particularidades de las mujeres con discapacidad.

Más sobre las conclusiones de esta encuesta en El 20% de las mujeres con discapacidad ha sufrido violencia física o sexual, del Servicio de Información sobre Discapacidad.

7. Bullying y delitos de odio

Otro aspecto de violencia también relacionado con el anterior son los delitos de odio en los que podemos incluir también el bullying.

¿Sabías que uno de las principales «motivos» de delito de odio es la discapacidad? Dejando a un lado 2020 por su particularidad y confinamiento, los datos hasta 2019 mostraban una tendencia creciente en violencia hacia personas con discapacidad. Y lo mismo ocurre con los casos de bullying en colegios e institutos.

Ser diferentes es la excusa que los agresores esgrimen en sus cabezas huecas para envalentonarse con niños, jóvenes o adultos con alguna discapacidad.

Y como no, las mujeres estamos ahí también, en esos espantosos porcentajes de violencia totalmente injustificada.

Para poder hacer frente a esta lacra existe una app en la que se pueden denunciar estos hechos: #MeRespetas siempre y en cualquier lugar.

8. Sexualidad

Otro de los mitos sobre la discapacidad es que somos seres casi que asexuados o que no podemos enamorarnos porque no vemos (esto hay quien lo piensa verdad, eh).

Sin embargo, como mujeres con discapacidad tenemos todo el derecho a vivir nuestra sexualidad como nosotras queramos. Igual que cualquier otra persona.

Y sí, también podemos ser heteros, lesbianas, bisexuales, transexuales, etc. Aunque esto a veces, añada un grado más de discriminación a nuestra situación. Pero lo llevamos como podemos y aprendiendo.

Y sí, las personas ciegas también se enamoran. Quizá no a primera vista pero se enamoran.

El principal problema de la sexualidad en las mujeres y niñas con discapacidad es que no existe una formación sexual adecuada a sus necesidades.

Hace años ni siquiera existía la educación sexual y ahora no hay duda de su importancia (aunque haya gente que aún la critica). El próximo paso es contar con las personas con discapacidad: mujeres y niñas, hombres y niños. Conocer sus inquietudes, necesidades y llevar a cabo una formación integral que les ayude a vivir su sexualidad de manera plena y en igualdad de condiciones.

9. La soledad

Uno de las situaciones a las que se tienen que encontrar miles de mujeres con discapacidad es la soledad. Muchas veces una soledad no deseada. Esto se ha agravado debido al confinamiento debido al COVID.

La presidenta de CERMI Mujeres, Marta Valencia, destacó que el 74% de las personas con discapacidad que viven solas son mujeres. Esto unido a otras condiciones como movilidad reducida, brecha digital, etc. complican aún más la posibilidad de conseguir tener una vida plena.

Más información en la noticia de Discapnet: CERMI Mujeres alerta de la soledad no deseada que sufren las mujeres con discapacidad, “y mucho más durante la pandemia”.

10. El lenguaje inclusivo

Por último nos gustaría destacar un tema que ya hemos tratado varias veces en nuestro blog. El lenguaje inclusivo. Como ciertas acciones que se apoyan en la inclusión e igualdad entre mujeres y hombres, se olvidan de otros colectivos, como el de la discapacidad visual.

Te animamos a que leas nuestro artículo:

Seguimos en la lucha

Debemos reconocer que tampoco todo es malo o negativo. Se han logrado romper ciertas barreras importantes pero queda mucho por hacer

Así que, nos toca seguir luchando el doble o el triple. Afrontando retos. Visibilizando una realidad que no se puede obviar en esta sociedad.

Mujeres invisibles que quieren ser parte de eso que llaman igualdad. 


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