La diversidad nos enriquece, nos hace libres, nos hace más humanos y crea una sociedad más inclusiva para todos. ¿Se respeta hoy en día lo diferente? Ahí va una pequeña reflexión.
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Metiéndonos en berenjenales
Hoy toca un poco de pensamientos lanzados al aire. Preguntas y opiniones que rondan mi cabeza y me gustaría dejar plasmadas en esta red que a veces es tantas cosas buenas y otras esconde bastante porquería.
Con la que está cayendo creo que es necesario parar un segundo y pensar en qué se está convirtiendo este mundo globalizado.
Antes de mi pequeña y personal reflexión sobre la diversidad, quiero dejar claro una cuestión. Aunque en algún momento menciono la política, lo hago sólo de manera general sin alinearme con ningún color político.
De hecho, hoy en día, al menos en España y desde mi parecer, no creo que ningún partido esté a la altura de lo que merecen sus ciudadanos.
Como también es verdad que hay muchos ciudadanos que dejan mucho que desear con sus conductas. ¿Siguiendo ciegamente una determinada ideología? Puede ser.
Orgullo de ser diferentes y de respetar
Pero vayamos al lío. Toda esta parrafadas que estás a punto de leer inundó mi cabeza hace unos días.
El 28 de junio se celebró el Día Internacional del Orgullo LGTB. Una fecha para reivindicar el derecho a la diversidad sexual y sus derechos (valga la redundancia) en la sociedad.
Viendo las reacciones en las redes, en las calles y en los medios parece que en lugar de avanzar vamos hacia atrás.
Justo aquellos que critican que exista un día del Orgullo LGTB y no un Orgullo Hetero son los que más motivos dan para que sea más necesario todavía. No entienden nada o no quieren entender, que es lo más triste. Ya no se trata de que compartan la opinión o incluso que la acepten, sino que la respeten.
Alguno o alguna se preguntará a que viene esto en un blog sobre discapacidad y accesibilidad pero seguro que ya sabes por donde va el tema. Efectivamente, la diversidad.
La diversidad somos todos
La diversidad es la cualidad de ser diferente pero a la vez es también la convivencia e interacción entre las distintas personas con sus particularidades.
Incluso la persona más reacia tiene que admitir que todos somos diferentes de algún modo. Eso nos hace únicos y a la vez nos enriquece si nos respetamos.
Diversidad e inclusión serían la fórmula de una sociedad ideal donde, dentro de unos límites lógicos, todos puedan ser libres, respetados y tratados de manera igualitaria.
Sin embargo, ya bien entrados en el siglo XXI parece que algunas mentes se niegan a dejar atrás pensamientos retrógrados y totalmente alejados de la realidad que vivimos.
Por otro lado, existen causas que son utilizadas como arma arrojadiza por los políticos para sus campañas.
Esto no ayuda mucho, la verdad. Por muy honesto y loable que sea el motivo no sé muy bien por qué pero los políticos y sus réditos consiguen ensuciarlo. Crear bandos a favor y en contra cuando no debería ser así. Se adueñan de una lucha que en sus manos pierde el sentido original para llenarse de subjetividad maliciosas y partidistas.
Temas como la orientación sexual, la discapacidad, el color de la piel, la procedencia de las personas, la religión… se han llenado tanto de tintes políticos subjetivos que más que unirnos, nos dividen.
Volvamos al orgullo por hacer un paralelismo. Esos que piden que haya un día del orgullo hetero porque hay uno LGTB ¿pedirán un día de la persona sin discapacidad porque existe un Día de las Personas con Discapacidad?
¿Por qué nos empeñamos en atacar aquello que no va con nuestra forma de pensar?
La diversidad no es me gusta esto y está bien pero aquello no me gusta así que está mal y hay que eliminarlo.
La lucha por la inclusión
La diversidad sigue siendo una lucha. Ya sea por poder casarte con una persona de tu mismo sexo, o porque exista una accesibilidad universal que te permita moverte con autonomía por la ciudad, o que tu cultura sea respetada, o que no te discriminen por tu color de piel o tu religión…
La diversidad no puede ser algo usado a tu antojo y capricho sino un concepto que nos una, que nos enriquezca y nos permita convivir aceptando a los demás con sus particularidades.
Por ese motivo, la lucha por respetar y cuidar la diversidad debe ser el camino. Más allá de propagandas electorales, de postureos, de utilizarnos como excusa para sus objetivos.
¿Somos buenas personas?
En los medios se han cansado de decir que, cuando pasase lo gordo de la pandemia seríamos mucho mejores como personas. ¿Ha sido así?
Lamentablemente creo que eso no se ha reflejado en la sociedad. Y lo peor lo encontramos en las redes sociales.
Internet, que tantos beneficios nos proporciona, se ha convertido también en un basurero donde la gente escupe todo su odio amparándose en el «anonimato» que le da estar detrás de una pantalla.
Se pueden leer auténticas barbaridades en redes sociales que una se pregunta ¿Realmente somos así?
¿Qué tipo de sociedad permite la injusticia y ese tipo de comportamientos? ¿Y los que les ríen las gracias y les dan «Me gusta» a comentarios homófobos, racistas, despectivos, riéndose de las personas con discapacidad o cualquier otro disparate o delito.
Muchas veces me sorprendo pensando que realmente vivimos en un mundo cruel, hipócrita y egoísta. ¿Será realmente necesaria una Ley mordaza? ¿Es que acaso somos como críos que nos tienen que decir cómo hacer las cosas porque no sabemos lo que está bien y lo que está mal?
Dicen que somos las generaciones más colaborativas, más libres, mejor preparadas… y sin embargo, algo falla. ¿Límites? ¿Respeto? ¿Empatía?
Tanto selfie, tanto postureo y al final ya no vemos más allá de nuestro ombligo. Si algo no me beneficia o no me gusta ya me siento con derecho de atacar, de criticar e incluso crear campañas absurdas en change.org. Mucha tontería social.
Todos somos diferentes
No entiendo porque la gente ataca lo diferente cuando hablamos de color o de orientación sexual, discapacidad o lo que sea. Si no es como quieren que sea es malo o ¿les asusta y por eso actúan así?.
Esos que escupen veneno seguro que también tendrán sus diferencias, sus gustos, su cultura y no creo que les gustase que les atacasen por ello ¿no crees?
Todos tenemos una o varias causas por las que luchamos pero eso no significa tener que atacar a quienes no son o no piensan igual.
Pero también hay que matizar que, por supuesto, no todo vale. Hay «causas» de dudosa legalidad. Eso que quede claro. Hay ciertos límites que nunca se deben cruzar y una frase que siempre me gusta recordar: «Tu libertad termina donde comienza la de los demás«.
Asimismo, en muchas ocasiones lo que comienza siendo una causa noble acaba radicalizándose. Pongamos por ejemplo el asesinato de George Floyd. Un hombre negro ha muerto a manos de un policía blanco. Esto hizo reactivarse un movimiento llamado Black Lives Mattter que había surgido años atrás por muertes parecidas de ciudadanos afroestadounidenses.
La lucha de este movimiento es totalmente justa y necesaria para erradicar el racismo y la xenofobia de nuestra sociedad. Sin embargo, se ha llegado a extremos violentos y sin sentido. A atacar todo aquello opuesto a lo que se busca. Si queremos respeto e igualdad no se puede destruir lo otro. Es necesario el respeto, la justicia y la convivencia en igualdad de derechos y deberes.
Y aunque los problemas existen ahora en el presente, a veces estamos empeñados en buscar nuestros males en el pasado. Guerras coloniales, guerras mundiales, esclavitud… Contra eso se luchó y (en casos) se continúa luchando. Pero el enfoque de hoy debe ser otro. No podemos ver lo que ocurrió hace siglos con el enfoque que tenemos ahora. Las perspectivas han cambiado. Hubo muchas cosas mal entonces pero no podemos heredar los odios y las venganzas.
Del mismo modo, las personas con discapacidad seguimos en la batalla por nuestros derechos, por no ser discriminadas, por tener una vida autónoma y en la que se garantice al máximo la inclusión y la igualdad de oportunidades. Y espero, que no ocurra como otras causas, y que la política no ensucie nuestro camino. Es obvio que ahí están pero no podemos permitir que nos usen como excusa o baza electoral. Que no nos dividan como colectivo aunque cada uno de nosotros tenga sus propias ideologías políticas.
La lucha continúa
Como ves, en el fondo la lucha por respetar la diversidad tiene muchas caras, muchas formas, muchos caminos que recorrer… pero un único objetivo.
No es necesario que seamos iguales sino que nos respetemos y tengamos los mismos derechos. La homogeneizacion no es la meta. La meta es la inclusión independientemente de cómo seamos.
Muchas gracias por llegar hasta aquí tras tantas ideas que se agolpaban en mi cabeza. Y ¿Tú que opinas?
Saludos desde Costa Rica, desde acá también estaba pensando en este tipo de reflexiones que nos atañen, yo, igualmente soy una persona con discapacidad visual y me inquieta que los mensajes de odio, indiferencia y desprecio viajen cada vez más rápido debido a la conectividad, creo la idea de crear comunidad y unión desde el respeto, es necesaria la visibilidad de nuestra diversidad para tener una sociedad inclusiva e incluyente, nos estamos conversando, pura vida
Saludos Geoffrey. Gracias por tu opinión. La verdad es que se necesita más empatía en este mundo.
Pura vida. 🙂
LA VERDAD enseña al pueblo todas las mentiras, males o errores que no se ven; y únicamente porque UNOS han estado “eternamente” interesados en que no se vean.
Cada MENTIRA que existe socialmente, o sea, que está instalada en la sociedad CONLLEVA millones de beneficios para unos INTERESADOS (aprovechados de rentabilizar más y más tal mentira).
En el esclavismo, por ejemplo, decir tú que todos somos iguales o hijos de Dios suponía el poner nerviosos a todos los poderes (con sus correspondientes guardias pretorianas y siervos o sirvientes-arrodillados del pueblo).
Por eso la verdad siempre HA ESTADO PROHIBIDA (aún hoy) y no la permitirán ni la reconocerán porque, los siervos-comprados lamiendo la mierda que dejan atrás las mentiras, no lo permiten; así es, son… muy suyos: usando mis recursos públicos para VETARME y el agua que beben todos para llenarla de mierda-mentiras.Y encima se ponen de santos.
http://delsentidocritico.blogspot.com/ José Repiso Moyano