Cartel de la Expo de Harry Potter

Accesibilidad en la Expo de Harry Potter


Cuando tienes mucha ilusión por una exposición de algo de lo que eres muy fan y la experiencia no es la esperada…

Así es. La Exposición de Harry Potter en Madrid tiene mucho que aprender en cuanto a accesibilidad y alguna cosa más. Pero empecemos por el principio.




El hype

A comienzos de año en una de mis búsquedas por internet de ferias, exposiciones y demás eventos me encuentro con que va a haber una Exposición de Harry Potter y que además va a coincidir con mi cumpleaños. ¿Qué más puede pedir una fan del mundo mágico que incluso hizo su Proyecto fin de carrera sobre la traducción a diferentes idiomas de los nombres propios del libro Harry Potter y la Piedra Filosofal?

Pues como loca me puse. Sin embargo empezaron a pasar los meses y todo atisbo de la Expo había desaparecido. No había noticias por ningún lado. De repente, un día a finales de septiembre viendo un vídeo de YouTube me entero de que ya se pueden comprar las entradas. Y eso que hice. Ni cinco minutos tardé en comprarlas por la web. Unos 18 euros por persona no me pareció caro. La audioguía a 6 ya me pareció excesivo.

La exposición

Y pasaron los días, llegó mi cumple, nos pateamos Madrid Gloria y yo buscando las estatuas que pusieron en la capital anunciando la exposición: Dobby, el Sombrero Seleccionador, la escoba y el Ford Anglia. Y al día siguiente con una hora y media de adelanto de nuestra entrada nos presentamos en IFEMA.

Porque las entradas las venden en slots o tandas con periodicidad de 30 minutos.

Entramos y ya había unas colas interesantes donde se mezclaban los del turno anterior con el nuestro. Eso sí, hay que reconocer que no tuvimos mucho retraso.

Lo primero que te encuentras es un chroma donde te tienes que hacer una foto sin saber lo que va a haber en el fondo así que no sabes como posar. Y en mi cabeza ya pensando: Empezamos bien, vendiéndote la foto nada más empezar.

Recogemos ticket y para dentro. Pasamos por una puerta que supongo que pretendía ser la de Hogwarts pero no daba el pego.

A partir de aquí lo que os cuente es un poco relativo porque la iluminación en toda la sala es pésima. Con deciros que me perdí de Gloria unas cuantas veces.

Primero la locomotora del Hogwarts Express. Nada de especial alli parada. Luego aparece un señor vestido de mago en un mini escenario donde hay un taburete y el Sombrero Seleccionador.

Ahí seguía yo con mi ilusión pero pronto se desvaneció cuando te das cuenta de que a pesar de que te venden la experiencia de que te puedes probar el Sombrero Seleccionador. Nada de nada. El tío coge a 2 o 3 personas del grupo para que lo prueben. Mi decepción fue en aumento cuando el proceso del Sombrero era simplemente que le preguntaba a la persona cual era su casa de Hogwarts favorita y a continuación ¡Oh casualidad! el sombrero decía justo esa misma.

Hombre, ya sé que no es posible que un sombrero seleccione pero por lo menos podía tener un mensaje aleatorio que lo haría más interesante y no un botón para elegir lo que quiere el visitante. Este detalle me lo puntualizó Gloria que no se le escapa nada.

Y ya de con un poquito de mala leche entramos en la exposición. Una masa de gente de nuestro grupo que se junta con la del grupo anterior que aún estaba por allí y todo en la penumbra. Una sensación de debilidad e indefensión se apoderó de mí.

En esas situaciones donde apenas puedo diferenciar nada y con mucha gente al alrededor suele ocurrirme. Perdí por unos segundos a Gloria y me resigné a recorrer la exposición sin apenas ver la mayoría de los objetos y ni por asomo leer los carteles, que más de uno casi me como por estar ahí plantados en la oscuridad.

Al menos pude sacar una mandrágora de su maceta y pasar una quaffle por un aro al tercer intento.

Luego muchos trajes, algunas criaturas y objetos esparcidos por la exposición, sin orden lógico y mezclando escenas y escenarios.

Para hacer la foto en la cabaña de Hagrid una cola inmensa que pasamos de hacer, el Gran Comedor un poco descafeinado y poco más.

Para finalizar, la tienda. Esta sí bien iluminada y grande en proporción con la exposición donde apenas había sitio para moverse con tanta gente y eso que era un martes a las 11 de la mañana.

De precios de productos mejor no hablar porque vaya sablazos. Yo iba con la ilusión de una capa de Gryffindor y al ver 75 euros casi me da algo.

Quería la varita de McGonagall y no la tenían… En fin, una varita de Sauco, 2 ranas de chocolate, un mini peluche y la foto casi 100 euros.

¿Decepción?

Y ¿Cómo salí de la exposición? ¿Cuál es mi opinión? Pues con un sabor agridulce. Si eres muy fan de algo por muy mal organizada que esté siempre te hace ilusión tener ante ti objetos que salieron en las películas de la saga aunque muchos ni los llegues a diferenciar o al sair te enteres de que había cosas que ni sabías que estaban allí.

Analizando con persectiva, para una persona con buena visión no está mal para pasar una hora (porque incluso en menos se puede recorrer tranquilamente) pero creo que con la promoción han creado demasiadas expectativas que no se cumplen.

Muestra de ello son algunas de las quejas de las personas que ya han pasado por IFEMA: pésima iluminación, poco espacio de movimiento, masificación, no poder entrar con el carrito de los niños, colas excesivas en algunos puntos, audioguías muy básicas para su precio…

También había quejas por no poder utilizar el flash para hacer fotos. Entiendo que por cuestiones de conservación de los objetos es necesario evitar el uso de este pero todo se arreglaría si la iluminación de lugar estuviese un poco más cuidada.

Como mejorar la accesibilidad

En este punto hablaré principalmente desde la perspectiva de una persona con discapacidad visual.

Para mejorar en accesibilidad, hay dos elementos principales que se deberían tener en cuenta: la iluminación y el espacio.

Vale que se le quiere dar a la exposición un toque misterioso y de ambiente mágico pero para poder percibir muchos de los elementos sería necesaria más iluminación. Esto añadido al poco espacio en el que han distribuido los elementos de la exposición hace que una persona con baja visión tenga problemas para poder recorrerla de manera segura y autónoma. Y esto lo digo yo que tengo un resto visual más o menos aceptable.

En cuanto a la cartelería se deberían ampliar los caracteres, poner la transcripción en braille y, sobre todo, dotar ese espacio de más luz (Volvemos otra vez al tema de la iluminación). No eran poco los visitantes que tenían que recurrir a la linterna de móvil para leer los textos.

Se echaba también de menos algo más de material audiovisual relativo a las piezas de la exposición.

En cuanto a maquetas y recreaciones también habría mucho que decir. En la exposición nos encontramos con objetos, vestimentas, figuras, etc. de diferentes películas pero no siguen una línea argumental ni temporal. Está todo mezclado lo que hace perder ese toque mágico que se pretende dar.

Se echa en falta alguna recreación más de escenarios como del Callejón Diagon, por ejemplo, o la posibilidad de poder tocar o admirar alguna maqueta o copia de objetos originales.

Lo que sí me sorprendió gratamente es poder interactuar en un par de ocasiones con objetos de la saga. En primer lugar sacar una Mandrágora de su maceta y luego probar suerte con el quidditch. Debería prodigarse más este tipo de actividades en exposiciones y museos.

Mi opinión

En definitiva, la exposición no ha estado mal aunque, desde mi punto de vista, me parece que la propia promoción del evento creó unas expectativas que no se cumplen del todo.

Nos tocará irnos a Londres y disfrutar de la verdadera exposición de la que hablan maravillas.

En parte es lógico ya que allí se encuentra todo el material usado para las películas y que es imposible trasladar para este tipo de eventos.

Y vosotr@s, ¿habéis ido a la exposición de Harry Potter en Madrid o en otra ciudad? Contadnos vuestra experiencia.





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