Museos accesibles

Shapereader: creando historias con el tacto.


¿Os gustan los cómics? ¿Los leéis a menudo? ¿Y el arte

Si os gusta unos u otro o si simplemente os apasionan las noticias sobre accesibilidad, este artículo os sorprenderá.

 

Durante tres días he tenido la oportunidad de participar en un taller de Shapereader impartido por el creador de este lenguaje táctil diseñado principalmente para recrear historietas de comic por y para personas con discapacidad visual.

 

Del 14 al 16 de septiembre, días antes de que la exposición de Ilan Manouach se inaugurase en el Museo, el MUSAC junto al propio artista y con la colaboración de Fundación ONCE, organizaron un taller para que personas con discapacidad visual pudiésemos conocer esta técnica tan peculiar como innovadora.

 

Espero que disfrutéis conociendo la experiencia como yo he disfrutado participando en ella.




Antes de nada deberíais saber quién es Ilan Manouach y qué es eso del Shapereader.

 

Ilan Manouach y Shapereader

Ilan Manouach nació en Atenas (Grecia) en 1980 aunque vive y trabaja en Bruselas (Bélgica). Es un artista multidisciplinar que se dedica a la edición y a la música de manera profesional y tiene un interés particular por los cómics conceptuales.

 

Desde el 2003 ha publicado más de una docena de obras y ha comisariado y editado cuatro antologías que incluyen contribuciones de artistas, editores y escritores.

 

El proyecto que tiene entre manos hoy en día es Shapereader, un sistema de formas en relieve desarrolladas para la producción de comics creador por y para personas con ceguera o discapacidad visual.

 

Se trata de un vocabulario de lenguaje táctil que está representado mediante diseños dotados de significado. Este lenguaje fue totalmente creado por Manouach gracias a una beca del Instituto Institue KoneenSäätiö de Finlandia.

 

El mismo artista produjo, utilizando Shapereader, la obra Artic Circle (Círculo Polar Ártico), una novela gráfica de 57 láminas que narra la historia de dos climatólogos que están en el Polo Norte buscando muestras del cambio climático en una columna de hielo.

 

Ilan está llevando tanto la exposición como los talleres sobre Shapereader a todo el mundo y León ha formado parte de ese itinerario en el que hay países como Francia, Estados Unidos, Grecia, Israel, Finlandia, Dinamarca y Suiza.

 

Podéis conocer más sobre su obra en su web Ilanmanouach.com o su biografía en Wikipedia
Y si queréis saber más sobre el Lenguaje Shapereader podéis ver la página Shapereader.org.

 

Vayamos con el taller: El Taller Shapereader

 

Piezas en relieve de Shapereader sobre un lienzo metálico.
Detalle de piezas de Shapereader – Imagen de @Eirin81

 

Como dije, el taller consistió en tres sesiones de dos horas que nos dejaron con ganas de más.

 

El objetivo final del taller era crear una obra o historia gráfica entre todos que finalmente se expondría en el museo junto con la realizada por el autor.

 

El primer día Ilan nos explicó las características básicas del lenguaje Shapereader y comenzamos a reconocer varias de las piezas del repertorio.

 

Para explicar el lenguaje Shapereader, el artista cuenta con un repertorio de más de 200 placas de madera de unos 10×10 cm que por un lado tienen un diseño labrado y por otro un imán que sirve para fijar la pieza en el lienzo metálico.

 

Ilan nos fue distribuyendo las piezas que él consideraba interesantes y nos iba dando las indicaciones para que transformásemos nuestra percepción táctil en un significado.

 

Básicamente la metodología fue primero reconocer las muescas o patrones de la ficha mediante el tacto y luego darle un significado. Por ejemplo, una pieza tenía que ser asociada a una emoción, otra a un lugar, otra a un objeto de jardín, etc. Además de estas, pudimos experimentar con otras fichas que servían de potenciadores de las anteriores o también como efecto antónimo.

 

Hicimos grupos de cuatro personas. Dentro de ellos, entre todos los miembros, decidimos los significados que les íbamos a dar a cada pieza y comenzamos a narrar una historia ubicándolas sobre planchas de metal ya que, como expliqué anteriormente, cada ficha tiene un imán por debajo para fijarlo en la superficie del lienzo metálico. Cada grupo hizo una historia con piezas diferentes. Ambas historias se plasmaron de manera horizontal aunque la ubicación de las piezas fue un poco según el argumento: separadas, giradas, una aglomeración de fichas, etc.

 

En la segunda sesión intercambiamos algunos miembros de cada grupo y nos explicamos las historias que habíamos hecho el primer día. Además también introdujimos piezas de una historia en la otra y viceversa e Ilan nos proporcionó más formas para seguir tejiendo el argumento. Y al final de la sesión nos quedó una pregunta en el aire ¿cómo unir las dos historias? La primera idea fue partir del punto donde se unían las dos historias y de ahí en forma perpendicular hacia abajo hacer una especie de T.

 

En la tercera y última sesión desarrollamos la idea pendiente pero dándole otro giro de tuerca. Entre los dos grupos tuvimos que crear una tercera historia que sirviese de inicio y cohesión para las otras dos. Para ello, el artista nos proporcionó más piezas y tras acordar el significado de cada una fuimos uniendo los conceptos y luego colocamos las piezas de manera coherente en el lienzo metálico cuidando el sentido estético que también es importante.

 

Más abajo en este artículo os contaré la historia completa y también podréis ver algún vídeo sobre el proceso.

 

Luego pudimos visitar en exclusiva, y antes de su presentación, la exposición de Ilan en el MUSAC. La experiencia fue muy enriquecedora porque entendimos muchos matices y técnicas con las que habíamos trabajado en el taller. Además las piezas del artista estaban acompañadas con texto en braille y en letra tanto en inglés como en español para que todos puedan disfrutar de ella.

 

Y, como colofón, fuimos testigos de cómo colgaron para la exposición la obra en la que trabajamos estos tres días. Todo un orgullo porque además, si vais al MUSAC podréis ver nuestros nombres al lado de la obra. ¡Somos unos artistas! Jejeje

 

La historia

 

El comienzo

 

La historia comienza en un ágora romano donde Homero y su transfiguración en pájaro ( un gorrión) narra una historia. La historia de Ulises.  Las ondas sonoras de su voz se transforman en las ondas del mar donde un barco lleva a Ulises y una bandada de pájaros. Estos son enviados por la tripulación para saber dónde está la costa. Y llegan a ella. Aquí la historia de Ulises y los pájaros se separa

 

Los pájaros

 

Los pájaros llegan a la costa a un lugar donde todo es guerra, caos, niebla, múltiples caminos que no se sabe a dónde van. De toda esa bandada que llegó a la costa solo uno consigue sobrevivir y encuentra un trozo de seda del tesoro de Troya. El pájaro vuela y vuela entre la tormenta por un camino muy largo hasta que llega a un pueblo donde la tormenta desaparece y el sol luce. Todo es felicidad al sentirse acompañado y lejos del caos de la guerra.

 

Ulises

 

Por su parte Ulises, el gran Ulises, también llega a la costa y se encuentra con la guerra de Troya y después de muchos problemas consigue ganar la guerra y salvar el tesoro lo que instaura la paz y la felicidad en el lugar.  

 

Aclaración: Podéis pensar que la historia en sí es un poco simple pero el trabajo que tiene detrás de dar significados a cada pieza y luego encajarlas es más complicado de lo que parece. Eso sí es un ejercicio de creatividad muy aconsejable. Ahora solo esperamos que los visitantes que vean la obra disfruten de ella y entiendan la labor que hay detrás.

 

Vídeo, MUSAC y agradecimiento

La obra de Ilan Manouach y nuestra historia estarán expuestas del 17 de septiembre al 27 de noviembre en el MUSAC de León.

 

Os dejamos un vídeo-reportaje de GlirProd sobre el taller y con el resultado fnal del mismo narrado por los creadores.

 

Por último agradecer al MUSAC y a la Fundación ONCE por organizar este taller, a Ilan Manouach por enseñarnos su arte accesible, a Tara por su interpretación de Ilan al español y participar también en el taller y, como no, a los compañeros que hicieron de esta experiencia un gran momento para recordar.

 

Talleres y acciones como estas que acercan la cultura y el arte a las personas con discapacidad visual deberían ser un ejemplo de que si los museos se abren a más opciones que “ver y no tocar” el arte será más universal e inclusivo. Tocar significa también sentir el arte y la cultura, más allá de las percepciones visuales.
¿Qué os parece esta técnica para narrar historietas? ¿Conocéis algo parecido? 





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