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No necesita conductor
Platero es el nombre que se le ha dado al primer vehículo español que circula sin conductor gracias a un sistema de navegación.
Este prototipo está equipado con un ordenador que se conecta a los frenos, a la palanca de cambios y al volante, y que además cuenta con un GPS diferencial, que permite calcular la ruta exacta o seguir las direcciones que introduce el usuario.
El mecanismo de Platero es fruto del proyecto Autopía, que se desarrolla desde hace más de 15 años y que es desarrollado por el Centro de Automática y Robótica del CSIC
El coche circula gracias a un sistema de navegación en el que previamente hay que configurar plan de ruta que se ajuste a la realidad física del terreno. Puede llegar a la velocidad de 100 kilómetros por hora.
Además del navegador también se pueden añadir otros equipamientos como sensores, cámaras de visión y láseres, para detectar obstáculos, otros automóviles, peatones y cambios de semáforo. Pero todo ello aún está en fase de investigación.
El vehículo se ubica y reconoce su posición con un margen de error de 50 centímetros e identifica la calzada y los obstáculos que encuentra a su paso gracias a un sistema de visión artificial. También cuenta con un sistema de conducción automática que permite al coche simular el comportamiento de un conductor humano y tomar sus propias decisiones en función del estado del tráfico y la vía.
Incluso, con los necesarios sensores y cámaras, es capaz de reconocer semáforos si estos están en rojo o en verde, y otras señales.
A día de hoy solo se está probando un prototipo con un programa instalado en un Citroen. Pero esto solo es el comienzo pues hay otras empresas como Google que también están investigando esta vía. Posiblemente en el 2020 ya esté disponible en el mercado un tipo de tecnología de este estilo.
Según ha explicado Teresa de Pedro, investigadora del CSIC y responsable del Centro de Automática y Robótica del mismo: “El coche lleva una serie de sensores, el principal un GPS, que va informando en cada momento del programa de ordenador sobre la velocidad y la posición del coche y, en base a estos datos y de la ruta que debe seguir, el programa de control mueve los mandos para que el coche se ajuste a la ruta”.
Para la responsable del proyecto, la investigadora del Centro de Automática y Robótica (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid) Teresa de Pedro, «Platero representa el futuro de la conducción, en el que el vehículo es capaz de desplazarse de forma autónoma para satisfacer las necesidades humanas».
El CSIC lleva trabajando en este prototipo desde 1996.
La demostración realizada en Sanxenxo (Pontevedra) del 26 de junio de 2014 ha sido la última pero ya en el 2012 en Madid se realizó la primera prueba que consistió en un recorrido de 100 kilómetros por varias carreteras madrileñas.
El vehículo sin conductor se comportó de acuerdo a lo esperado. El sistema de navegación y posicionamiento desarrollado por los investigadores del CSIC respondió perfectamente.
Platero ha completó el trayecto entre el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y la sede del Centro de Automática y Robótica en Arganda del Rey a una velocidad media de 60 km/h y escoltado por agentes de la Guardia Civil y seguido por el centro de pantallas de la Dirección General de Tráfico.
Durante el trayecto gracias a un sistema de comunicación entre vehículos, Platero ha seguido las indicaciones del coche guía Clavileño, que circulaba unos metros por delante de el.
El coche guía transmitió su trayectoria a Platero con mensajes de su posición enviados 10 veces por segundo y, de esta manera, el vehículo automático conoce su propia posición y sabe hacia dónde debe dirigirse, por lo que el sistema Autopía actúa sobre los mandos del vehículo para obtener la conducción autónoma.
El proyecto Autopía
El nacimiento de Autopía se remonta al año 1996. Desde el principio, su desarrollo ha estado marcado por la obtención de numerosos proyectos de investigación con financiación nacional e internacional. Actualmente, recibe recursos a través de dos proyectos del Plan Nacional de I+D+i: el proyecto Guiade y el proyecto Onda-F. Guiade pretende el guiado automático de vehículos de transporte público mediante percepción multimodal para mejorar la eficiencia. Por su parte, Onda-F persigue que los coches automáticos y los convencionales puedan coexistir en el mismo entorno.
Aunque aún falta mucho trabajo para que las vías estén pobladas por coches autónomos, De Pedro considera que este “es un gran avance para crear una infraestructura de transporte más eficiente y segura”.
Tecnología Autopía
A través de un sistema de comunicación entre vehículos, durante el recorrido, Platero ha seguido las indicaciones del coche guía Clavileño situado un tramo por delante de él. De Pedro explica: “En este caso, hemos utilizado un coche guía debido a que los navegadores convencionales no tienen mapas con la suficiente precisión ni están totalmente actualizados en términos de desvíos y accidentes”.
Cuando el vehículo conoce las condiciones exactas de la calzada es perfectamente capaz de circular sin la presencia de un coche guía. Por este motivo, Platero no imita los movimientos del vehículo de referencia, simplemente recibe su información y actúa en consecuencia.
La primera parte del recorrido ha tenido lugar por vías urbanas desde la lonja del complejo monumental hasta la carretera M-600. Ambos vehículos se han mantenido en esta vía hasta incorporarse a la AP-6/A-6. El trayecto por la autovía se ha realizado en sentido Madrid hasta la llegada a la M-50, por la que han discurrido hasta alcanzar la A-3, recorrida hasta la Salida 22, que corresponde al punto de acceso para llegar al Centro de Automática y Robótica. En total, Platero se ha desplazado de forma autónoma a lo largo de unos 100 kilómetros.
Más información en la página del CSIC.