Reflexión de una usuaria de gafas desde la cuna
¡Quién nos lo iba a decir hace unos años! Las gafas, aquel objeto maligno gracias al cual se metían con nosotros en el colegio ahora son tendencia y moda.
¿Cuántas veces no se han metido con los que tenemos gafas llamándonos “cuatro-ojos” y cosas similares?
Por aquel entonces, cuando éramos unos críos, llevar unas gafas era casi una sentencia. Da igual que fueran de marca, con colorines, más bonitas o más feas. Las gafas eran un objeto extraño que hacía a los demás niños verte de manera diferente.
Yo que las llevo desde que tengo uso de razón puedo dar buena fe de ello.
Pero… llega el siglo XXI, la fiebre de las modas y te encuentras con el movimiento hipster y otros similares y ¡Oh, cielos! Ves a gente con gafas por todos lados y muchos que solo usan las monturas, sin cristales ni nada.
Gafas que cuestan incluso miles de euros, porque no nos vamos a engañar, esta tendencia ha surgido no sé donde pero muchos famosetes la siguen con orgullo e incluso excesivamente.
Es que da un toque intelectual… Hace más interesante… Más… Perdonadme pero realmente a mí esto no me gusta. Primero porque las modas en cierto punto me parecen bastante frívolas. Solo falta que alguien, pero alguien que la gente considere famoso o famosillo, empiece a usar taparrabos para lucirse por la calle, que seguro que se crea una moda.
En segundo lugar porque muchos de nosotros hemos usado desde siempre las gafas y hemos comprobado lo duro que era a veces lidiar con ciertos comentarios. Y con ello los muchos complejos que se pudieron crear a raíz de comentarios malintencionados.
Y tercero porque, ¡coño¡, que se han inventado lentillas para corregir y eliminar las gafas en muchos casos y ahora nos salen con que las gafas son una moda.
Y esto no queda ahí, algunos oculistas están denunciando que incluso hay niños que mienten para poder usar gafas. ¡Dónde vamos a ir a parar!
Ya sé que es una cuestión de moda pasajera pero en mi corazoncito aun hay algunos rasguños de la tierna infancia cuando llevar gafas era ser diferente, y la mayoría de las veces ese » ser diferente» era despectivo.
Y después de tanto rollo que he soltado solo deciros una cosa: da igual si las usáis por necesidad o por moda, lo importante es que sean gafas «homologadas» o de óptica o que estén debidamente fabricadas porque sino la historia puede que no acabe muy bien para vuestros ojos. Seguridad ante todo.