Una persona no tiene discapacidad. Es el entorno, con sus peculiariades, el que produce la situación discapacitante. El acoso escolar es uno de esos factores. Un estudio pionero nos arroja luz sobre los escalofriantes datos del acoso escolar en el colectivo de la discapacidad.
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En busca de la igualdad
A pesar de nuestras diferencias, una sociedad o un lugar que tiene en cuenta la diversidad de todos sus miembros podrá eliminar las barreras que provocan la discapacidad.
Y cuando hablamos de barreras, muchas veces pensamos en algo físico. Ponemos una rampa y ya es posible acceeder a un edificio, transcibimos un texto en braille y ya tenemos acceso a la información, ponemos subtítulos a una película y ya es accesible…
Pero existen barreras mucho más complejas que no se ven a simple vista y que hacen mucho mucho daño.
Una de esas barreras es el acoso y sus derivados: bullying, mobbing… y demás palabrejas en inglés que por desgracia ya estamos muy acostumbrados a escucharlas y no nos suenan extrañas.
Hoy hablaremos del acoso escolar por razón de discapacidad gracias a la presentación de un estudio que investiga la relación entre el bullying y el ser diferentes.
El estudio de Fundación ONCE y CERMI
La Fundación ONCE y el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) han publicado en junio de 2019 el estudio «Acoso y ciberacoso escolar en el alumnado con discapacidad«.
De las conclusiones del estudio hay un dato que nos deja helados: el 79,5 % del alumnado con discapacidad (así como su entorno: profesores, padres, etc.) señala el hecho de “ser diferente” como un factor de riesgo o desencadenante para ser víctima de acoso.
Además, es alarmante la “especial exposición” de las niñas con discapacidad a sufrir este tipo de acciones. Ya conocemos de sobra la doble discriminación de la mujer en otros ámbitos y no extraña este dato.
Se trata de una cifra exageradamente grande que nos debería hacer pensar mucho sobre qué es lo que está pasando con nuestra sociedad y las generaciones que vienen.
Puedes descargar el documento en PDF: El acoso y ciberacoso escolar en el alumnado con discapacidad
El acoso escolar y el ciberacoso contra la discapacidad
Queramos o no, siempre ha existido cierto acoso o burla en los colegios: meterse con la niña de gafas, con el que cojea, con el que viste raro… Pero parece que el tema está tomando carices muy serios y llegando a límites intolerables.
Según el estudio, estas situaciones de acoso se prolongan durante años y suelen ser ejercidas por un grupo pequeño de compañeros o por personas de su entorno más próximo. Normalmente estudiantes de su misma clase.
En Mi pequeña historia sobre el bullying y la discapacidad ya comenté algunas situaciones que viví en mi época de colegio e instituto. También en Cuando San Valentín era San Bullying. Recuerdos aciagos de aquellos tiempos.
El «ser diferente» siempre como la razón o la excusa para meterse con el otro. Pero ¿acaso no somos todos diferentes en uno u otro aspecto? Sin embargo, juegan también otros factores como la vulnerabilidad, el aislamiento, la timidez…
Mucho se pregona que la diversidad nos enriquece a todos y debería ser un mantra que se estudiase en los colegios desde bien pequeñitos pero la realidad es bastante diferente.
Las consecuencias del acoso escolar
El acoso suele ser muy negativo sobre todo en la niñez y adolescencia: edad de crecimiento tanto físico como personal o emocional de los chicos y chicas con discapacidad.
Entre las conclusiones que se desprenden del estudio, se destacan como las reacciones más comunes las siguientes:
- Empeoramiento de las calificaciones (31,3%)
- Descenso de la motivación para asistir a clase (57,8%)
- Incremento de la tristeza (62,55%)
- Ganas de llorar (53,6%)
De todos modos, la reacción de las víctimas depende mucho de su personalidad o de la situación. Algunos evitan el enfrentamiento con el agresor o agresores, mientras que otros intentan defenderse incluso con violencia.
También sabemos que, en casos de acoso, es necesario contar con gente que nos pueda ayudar sin embargo el comportamiento también suele ser bastante dispar: hay quienes se aíslan y ocultan la situación por miedo o vergüenza y otros que lo comparten con los padres, profesores o amigos para encontrar ayuda.
Y después de superar el acoso ¿Qué pasa?
El acoso escolar no es un asunto que solo dura mientras el alumno es insultado, pegado o sabe Dios qué cosas le hacen. Va más allá.
Aunque superado, en muchos casos quedan pequeñas o grandes secuelas psicológicas que más tarde o más temprano salen a la luz.
Depresión, ansiedad, inestabilidad emocional… Incluso, ya de adulto, una noche te despiertas de una pesadilla en la que estabas en tu instituto y todos se reían de ti y entonces comprendes que todo es un ciclo y que vuelve a suceder.
De hecho hay estudios que demuestran que quienes han sufrido acoso de niños tienen más posibilidades de sufrirlo en la edad adulta.
Hace no mucho se publicó una noticia al respecto en el periódico digital El Español: «Del bullying al mobbing: 30 años de acoso por tener el síndrome de Asperger«.
Pero tampoco seamos alarmistas. Como dice mi psicóloga, todo son ciclos pero debemos aprender de unos para que, cuando vengan los siguientes, estemos preparados y con todas las armas disponibles para afrontarlos.
Otros datos interesantes sobre el estudio
Este estudio pionero acerca del acoso y ciberacoso en el colectivo de la discapacidad es muy importante para tomar conciencia y tener una referencia de la realidad con la que trabajar.
Según señalan los impulsores del informe: “Conocer la situación que vive el alumnado con discapacidad víctima de acoso y ciberacoso servirá para poner los medios adecuados en la prevención de este tipo de situaciones, así como para atajarlas en el caso de que se estén produciendo en la actualidad. Ese es el objetivo”.
Como datos o conclusiones más interesantes, además de los comentados anteriormente, podemos destacar:
- Con las nuevas tecnologías, el acoso ha podido extender su ámbito a las redes sociales por medio de los dispositivos móviles.: ciberacoso.
- El acoso escolar se suele producir en los colegios o institutos, en sus alrededores o en las actividades extraescolares.
- El ciberacoso se lleva a cabo mediante comentarios desagradables a través de WhatsApp (18,8%) y Facebook (10,3%), principalmente.
- Las burlas, el aislamiento y el rechazo son las modalidades de acoso escolar más frecuentes (8 de cada 10 casos).
- Primer ciclo de Educación Secundaria (40%) y Segundo de Educación Primaria (37%) son los cursos donde más casos se dan.
- Más de la mitad de los profesionales del ámbito educativo (57,5%), conocen la situación de acoso porque se lo ha contado un compañero del alumno o porque ha sido la misma víctima quien se lo ha confesado.
Hechos, conclusiones y planes de futuro
Mucho antes de este estudio sobre «Acoso y ciberacoso escolar en el alumnado con discapacidad», en 2017, se lanzó una Guía para prevenir y luchar contra el acoso por razon de discapacidad. Sin embargo, tras los resultados parece que aún queda mucho por hacer.
De los datos recabados, se extraen varias conclusiones que es necesario implementar para mejorar la situación:
- Desarrollar protocolos de prevención, detección e intervención atendiendo a las necesidades específicas del alumnado con discapacidad
- Favorecer un trabajo interdisciplinar para mejorar y desarrollar las habilidades sociales de los alumnos y así evitar las situaciones de acoso o saber reconocerlas y denunciarlas, en el caso de que ocurran.
- Desarrollar programas educativos con las familias,
- Incrementar las medidas de protección al alumnado con discapacidad.
- Elaborar y divulgar guías accesibles de prevención y buenas prácticas en las redes sociales.
- Incorporar la figura del «alumno ayudante»
- Otras
Esperemos que todas estas iniciativas (o al menos la mayoría) se lleven a cabo y consigamos eliminar esta horrible lacra que es el acoso escolar.
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